Una inusual tormenta solar se dirige hacia la Tierra, prometiendo espectáculos celestiales y preocupaciones prácticas para Estados Unidos este fin de semana. Según la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA), esta amenaza solar ha generado la primera alerta geomagnética en casi dos décadas.
El Centro de Predicción del Clima Espacial (SWPC) ha catalogado la tormenta solar actual como «extrema», alcanzando el nivel máximo de 5 en su escala. Los efectos de esta situación excepcional se esperan a partir de la noche del viernes.
La NOAA ha instado a los operadores de plantas de energía y a las naves espaciales en órbita a tomar precauciones ante la inminente llegada de esta tormenta geomagnética.
Según el Servicio Meteorológico Nacional, es probable que las auroras boreales sean visibles desde gran parte de la mitad norte del país, e incluso podrían extenderse hasta el sur, alcanzando estados como Alabama y el norte de California.
Shawn Dahl, pronosticador del clima espacial de la NOAA, comentó sobre la gravedad del evento, calificándolo como «muy raro» y señalando su extraordinaria intensidad.
La NOAA informa que la tormenta solar ha sido desencadenada por fuertes erupciones solares desde el miércoles, con cinco explosiones de plasma capaces de alterar satélites en órbita y redes eléctricas en la Tierra. Cada una de estas erupciones, conocidas como eyecciones de masa coronal, contiene cantidades masivas de plasma y campo magnético de la atmósfera exterior del Sol, la corona.
Estas erupciones solares parecen estar asociadas con una mancha solar que tiene un diámetro 16 veces mayor que el de la Tierra. La NOAA advierte que eventos similares en el pasado han causado cortes de energía significativos y daños en infraestructuras eléctricas, como el caso de una tormenta geomagnética extrema en 2003 que afectó a Suecia y Sudáfrica.
La expectativa es que esta tormenta solar pueda producir auroras boreales que se observen incluso mucho más al sur de lo habitual en Estados Unidos.