El Paso, TX.- Miembros de aproximadamente 300 familias se reunieron esta mañana en medio del Río Bravo, tras años de no verse, al estar divididos por la frontera y su estatus de inmigración.
Es la tercera vez que se realiza el evento binacional llamado ‘Abrazos, no Muros’, organizado por la Red Fronteriza por los Derechos Humanos. Este ahora se da en un momento en que la comunidad inmigrante en el país y a nivel internacional se encuentra amenazada por las órdenes ejecutivas recientemente firmadas por el presidente Donald Trump. En una de ellas se decretó la colocación de un muro en la frontera sur de Estados Unidos así como realizar deportaciones masivas.
A una temperatura bajo cero y en medio de un riachuelo de fango, las familias bajaron a lo que queda del ría por grupos para abrazar a sus seres queridos que viven del otro lado de la línea divisoria por espacio de unos minutos.
El primero en disfrutar del abrazo de su hermana, tras 27 años de no verla, fue Miguel Ángel García Soto.
«¡Estoy rebosando de felicidad! Esto nos está demostrando que a pesar de todo, seguimos unidos, ojalá Trump pudiera verlo», expresó.
Inmigrantes residentes de esta región y de los estados de Nuevo México, Colorado, Arizona, Oklahoma, New Jersey, Georgia, Missouri, and California viajaron para abrazar a sus familiares por solo unos momentos. Muchos de ellos provenían de Juárez y de otras entidades de México como Chihuahua, Puebla, Veracruz, Sonora, Sinaloa, Torreón, Zacatecas, Durango, y el Estado de México.
Para los organizadores, realizar el evento en un momento de incertidumbre para la comunidad inmigrante era necesario.
“Ahorita en el país se habla de muros, se habla de deportaciones y pues yo creo que esto representa un momento de esperanza para la gente,” dijo Fernando García, director ejecutivo de la Red Fronteriza por los Derechos Humanos.
El evento #HugsNotWalls, o abrazos, no mures, denuncia las políticas inmigratorias que separan familias e insiste en una reforme migratoria que trate a todos de forma humana.
