Coronavirus y la desigualdad: el privilegio adoptó una nueva forma

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Por Uriel Posada - Opinión

Alarmante, no sorprendente.  Así es como uno de los más altos funcionarios del actual gobierno de Estados Unidos, Jerome Adams, Cirujano General del país, describe los efectos del COVID-19 en las minorías: especialmente en los latinos y en los de raza negra.  Descripción que no está alejada de la realidad.

Las estadísticas sobre el contagio del coronavirus ha estado en el centro del debate en muchos lugares del mundo. Además de la poca cantidad de pruebas para detectar el coronavirus  que se han practicado en Estados Unidos,  si se hace el comparativo con otros países de Asia por ejemplo, ha surgido una preocupación por el efecto que ha tenido el virus sobre las minorías étnicas –particularmente la población afroamericana– y sobre los grupos poblacionales más pobres, como el latino. Tristemente, por causa de la discriminación y la segregación que todavía existe en este  país, estos dos grupos están sufriendo más durante la pandemia.

El coronavirus no sólo ha afectado mucho más a hispanos y afroamericanos en Estados Unidos en cuanto a la cantidad de enfermos, sino también en cuanto a las repercusiones económicas, reveló un sondeo de The Associated Press y el NORC Center for Public Affairs Research.

El estudio halló que 61% de los hispanos estadounidenses han sufrido repercusiones económicas a raíz del brote, como pérdida de empleos, ausencias no pagadas, recortes salariales u horarios reducidos. Esa cifra se compara con un 46% de los estadounidenses en general. Un 37% de los hispanos y un 27% de los negros no han podido pagar por lo menos una de sus facturas como resultado de la crisis. Entre los blancos el porcentaje es de 17%.

Si nuestras políticas no resuelven adecuadamente estas carencias y disparidades raciales en cuanto a ingresos, prosperidad, empleo y salarios, veremos las mismas tendencias, como históricamente se ha registrado.   

La brecha de desigualdad racial se ha ampliado tanto que no todos los estados cuentan con un sistema de recolección de datos que dé fe del avance del coronavirus incorporando variables de carácter étnico. Pero en los lugares en los que sí se ha incorporado dicha variable se hace evidente que la población afroamericana  y latina están siendo infectadas desproporcionadamente por el virus y está muriendo víctima del contagio a una tasa mucho más alta que la población blanca.

‘The Washington Post’ reportó en su podcast, hace algunas semanas, que en Milwaukee –uno de los lugares más segregados en Estados Unidos– la mitad de los infectados son afroamericanos y el 70 % de la gente que está muriendo por el virus es de la raza negra: este grupo racial solo constituye el 28 % de la población en ese condado. En Wisconsin, los afroamericanos son solo el 6 % de la población de ese estado, pero más de la mitad de quienes están muriendo infectados viven en un condado particular y son todos afroamericanos.

En la ciudad de Nueva York, otro particular ejemplo,  los latinos representan la tasa de muertes más alta

«En este nuevo mundo, la nueva forma que adoptó el privilegio es la del trabajo en casa.  Si no trabajan, no ganan dinero»

La pregunta obvia es ¿por qué? La explicación médica  sugiere que independientemente de su condición económica y social,  estos dos grupos poblacionales  son más propensos a la diabetes, el asma, las infecciones respiratorias y los problemas cardiacos: condiciones todas que los hacen particularmente vulnerables al virus y si se le agrega la falta de cobertura médica, el problema se exacerba.

Por si no fuera poco,  estos grupos están más expuestos y, por tanto, son mas más vulnerable a la enfermedad.

Un gran porcentaje de los hermanos afroamericanos, y otro gran porcentaje de nosotros los latinos, no  tienen el lujo de trabajar desde casa: para muchos esto es  imposible ya que prestan servicios en el transporte público, en supermercados, en hospitales y centros de cuidado.   Esto los expone al contacto con muchas personas, hace que se produzca una receta efectiva para el contagio.

En este nuevo mundo, la nueva forma que adoptó el privilegio es la del trabajo en casa.  Si no trabajan, no ganan dinero.

No hay  pruebas que desnutren una mayor predisposición de una raza a otra en cuanto al contagio o muerte por el coronavirus.  Así las cosas, tanto el coronavirus como la forma de combatirlo que se ha diseñado están explotando y hasta alimentando desigualdades y formas de discriminación que, creo yo, también son endémicas.

Uriel Posada, es el fundador y Presidente de Paso del Norte Magazine
 y es el Director de Noticias de Univision El Paso.

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